jueves, 15 de diciembre de 2011

Motivos de consulta, derivaciones y derivados

En la entrada de hoy os traigo un compendio de situaciones que se han producido/se producen en el día a día de mi trabajo, sobre todo en las guardias, y que me tocan las narices apetece compartir para quejarme expresar mi humilde opinión acerca de ellas. La mayoría de ellas, excepto la primera, son referidas a la Psiquiatría. 
Comienzo, espero que los no-psiquiátricos no me odiéis en demasía y podáis perdonadme por las pequeñas pullitas cariñosas que pueda meter.


- "Le ha dado una calor mu rara" (Urgencias Generales)


Os pongo en situación: un viernes de junio. Llamo al paciente, y aparece un señor de unos sesenta y tantos años hecho un pincel: traje de chaqueta, bien peinado, sonriente:
          - Menganito, cuénteme: ¿qué le pasa?
          - ¿A mi? ¡A mi no me pasa ná!
          - Entonces, ¿por qué ha venido a Urgencias?
          - Aaah, pues verá usté: estaba yo el domingo .- paro en este momento para recordaros que estábamos a VIERNES.- en un bar a mediodía con mucha gente .- paro de nuevo para recordaros que estábamos en JUNIO.-  y de repente me dio una caló mu rara, qué calor me dio... vamos, que me tuve que salir del bar.
          - ¿Y qué pasó entonces, Menganito?
          - ...pues nada, que se me pasó sola.
          - ... ... .- (yo con cara de: "¿por qué escogí esto pudiendo meterme a estrella del porno?").- entonces, Menganito... ¿por qué viene hoy, VIERNES, a Urgencias? .- (sí, cuando algo me saca de quicio hablo en mayúsculas, negrita y cursiva).- ¿Le ha vuelto a dar esa calor tan rara?
          - No, no, ya se me quitó sola... pero digo "voy a llegarme no vaya a ser que me dio algo malo".
En fin... No me meto con Menganito a pesar de la giliconsulta porque me pareció un abuelete-caballero muy simpático, y, sobre todo, por la deferencia que tuvo de venir limpito y aseado a consulta.


- "Faringitis" (Consultas Ambulatorias de Psiquiatría)


Bueno, esto seguramente fue sólo un fallo tonto al codificar el diagnóstico en el ordenador mientras hacían la derivación, pero me hizo gracia. Yo es que soy mu pava y me río con todo. Me dio por imaginarme una faringitis de tal calibre que había causado un trastorno adaptativo al paciente en cuestión (me estoy riendo de nuevo... lo que yo diga: soy una pava).


- "Síndrome depresivo tras ruptura sentimental" (Consultas Ambulatorias de Psiquiatría)


No digo que una ruptura sentimental no pueda producir una depresión (y una no-ruptura también, vamos), pero, querido médico de cabecera en cuestión: espere un poco o déjese de dramas. El caso: nos derivan a un chico de ventipocos años por esto. Cuando aparece por consulta -cosa de un mes y pico después de haber hecho la derivación su médico, que es el tiempo aproximado que tenemos de lista de espera- el muchacho entra por la puerta con la misma cara de depresión que Falete con tarifa plana en un buffet. Empiezo a entrevistarlo, le digo el motivo por el que lo manda su médico y me mira como si le hablara en polaco antiguo. ¿Que que qué? ¿Depresión? ¿Ein? Aaaah, bueeeno, siiii... Me dejó mi novia, estaba triste y se lo dije al médico. ¿Y ahora? Ahora bien, si ya tengo otra novia y estoy mu contento. 
Vamos, que para mi que el chaval ni se acordaba del nombre de su gran-amor-ruptura-dramática-de-corazón. 
Moraleja: no tratéis de psiquiatrizar las cosas cotidianas. El que nos dejen, se nos muera alguien, nos echen del trabajo o no emitan High School Musical desde hace 2 meses son cosas que van a pasar antes o temprano, y que deberemos atajar cuando ocurran, ya que el sufrir ese dolor, aceptarlo y aprender a vivir con eso forma parte de nuestro crecimiento como personas (qué filosófico me ha quedado, sobre todo lo de High School Musical).


- "... quiere ver al psiquiatra" (Urgencias de Psiquiatría)


...y nos llaman. Pero, ¿a que no llaman al cardiólogo de guardia cuando el paciente dice que quiere verlo? ¿Por qué? Pues porque, lógicamente, no tiene por qué tener algo por lo que llamar al cardiólogo. Entonces, ¿es que el que quiere ver al psiquiatra tiene 100% seguro un motivo por el que deba ser visto por el psiquiatra? Y eso que en mi hospital tenemos la suerte de que todo paciente debe pasar por la puerta, y el médico que les atiende primero puede hacer un poco de filtro (resáltese el "puede" y el "un poco", porque hay algunos quepaqué); en otros hospitales quien está en triaje, si ve necesario o se le antoja que el paciente es para ti, te llama directamente. Así, lo mismo te llaman por un psicótico que por un borracho. No, si al final estoy hasta agradecida al sistema de Urgencias de mi hospital...


- "[motivo de consulta cualquiera]" + antecedentes en Salud Mental (de cualquier tipo) = "hay aquí un paciente vuestro..." (Urgencias de Psiquiatría)


Para muestra, un botón: una vez me llaman por una señora que venía por noséquécosasomática. Total, la residente que nos llama me dice que "es una paciente vuestra, la seguís en tal sitio por un síndrome ansioso-depresivo". Yo: "¿pero no me has dicho que viene por nosequécosasomática?". La residente puertil: "Sí, sí, pero es que para mi que lo que le pasa es que está peor, me dice que está más nerviosa y muy tristona últimamente". En fin, que allá que vamos a ver a la paciente, la llamamos, charlamos con ella... y cuando me fijo en las piernas de la buena señora (venía en silla de ruedas) le veo unos edemas con una fóvea en la que cabía la cabeza de un mamut siberiano (edemas con fóvea, para los no entendidos, son hinchazones -edemas- de los miembros que al presionarlas dejan como un hoyito -la fóvea). Leñe, ¿no va a estar nerviosa la mujer? ¿Que se ahoga "por los nervios"? ¡Como que tenía una insuficiencia cardíaca descompensada!
Y ojo: he puesto el ejemplo de algo que pasó con una residente, que todos sabemos que somos seres más que imperfectos y es normal que cometamos este tipo de fallos, por lo que no la critico porque soy la primera que la habrá cagado en más de una ocasión... Pero que nos llame un adjunto y nos endose un paciente "porque es vuestro, le acabáis de dar el alta de vuestra planta" y no se percate que viene con una tensión diastólica de 110... mejor no sigo, porque esto ha sido algo reciente y todavía hablo en caliente. 


[Breve inciso en el que aprovecho para realizar alguna actividad para canalizar la ira, como rastrillar mi jardín zen, tomar un baño relajante mientras escucho cantos gregorianos o partir nueces con la frente]


Mejor. Continúo.


- "Dolor abdominal. Paciente esquizofrénico" (Urgencias Generales/Psiquiatría)


Por increíble que parezca, he visto esto con mis propios ojos. Deber ser que la esquizofrenia es un factor agravante en los dolores abdominales y no me he enterado, porque si no, no me lo explico (al igual que el paciente del que he hablado justo antes tenía el superpoder para bajarse las tensiones él solo). Eso o que los enfermeros de triaje son realmente psiquiatras expertos y con sólo mirar medio segundo al paciente saben que el dolor es una alucinación.


- "Ansiedad" (Urgencias de Psiquiatría)


Vale, este no es un motivo de consulta extraño, pero sí que es un recurso muy manido desde la puerta para llamar al psiquiatra cuando no hay tiempo/ganas de escuchar al paciente (porque, en principio, una crisis de ansiedad debe resolverse en Urgencias Generales). Basta con que el paciente en cuestión esté en plena crisis de ansiedad y preguntarle si tiene deseos de muerte y... tachán! Ya podemos llamar al psiquiatra tranquilamente diciendo que tenemos a alguien con ideas autolíticas. A ver, amigos: cuando una persona está en plena crisis de ansiedad ¿cómo le preguntas si quiere morirse? ¿Habéis tenido alguna crisis? Yo sí, y más de una, por lo que sé que la sensación de muerte y pérdida de control es inminente, lo que no implica que tengas pensamientos de muerte ni ganas de quitarte de en medio, copón. Que luego le metéis al paciente una benzo y cuando vamos a valorarlo tiene las mismas ideas de muerte que Heidi columpiándose en medio de los Alpes.


- Y un breve rebujito de situaciones:


  • Paciente con intoxicación etílica (es decir: borracho como una cuba) que dentro de su borrachismo, le da por arrancarse la vía con suero (porque sí, copón, el hombre está en todo su derecho de pasar la resaca sin suero ni complejos vitamínicos). Lo ven las enfermeras y, ¿qué dicen? Pues qué va a ser: "habría que llamar al psiquiatra". Claro, señoras, claro: el psiquiatra lo mismo te compensa a un psicótico, que le recoloca la vía a un borracho que te cose un parche de los Power Rangers en ese agujero que tienes en la entrepierna del pijama (maravilloso agujero que tiene todo pijama que se precie, por cierto).
  • Paciente intoxicado por múltiples sustancias (es decir: con un morado curioso) que pasa a la Sala de Evolución para ser valorado una vez se le haya pasado susodicho morado por parte de Psiquiatría. La Sala de Evolución, para explicarlo bien y brevemente, es como una Observación pero en chungo. Lo siento, no me sale una palabra más técnica para describirla: es una Observación chunga y punto pelota. Volviendo al paciente intoxicado: al buen hombre se le pasa la intoxicación mientras está dormitando en la sala chunga, huye de allí (yo también lo haría) y es encontrado poco después por personal de seguridad del hospital tratando de tirarse por una escalera. Nos llaman, acudimos a la Sala Chunga de Evolución y, ¿qué nos dicen -sí, otra vez- las enfermeras?: "Es que este paciente debería estar en Psiquiatría, es que aquí le pasa algo y la culpa es nuestra, es que debería estar vigilado...". Esto... ¿perdona? Por esa regla de tres, todo aquél que llegue con un poco de tos y se deje evolucionar tras poner un tratamiento debería ingresar directamente en Neumología, digo yo. Y, quitando eso: ¿no se supone que en dicha sala debe haber un mínimo control de los pacientes? 


En fin, paro de nuevo porque voy a tener que volver a ponerme a partir nueces vía exocraneal. Pensaréis que si estoy saliente de una guardia mala, no he cenado All Bran o no he cometido fornicio, pero no (o sí, según se mire); estas son cositas que ya digo se dan muy frecuentemente en mi trabajo: las derivaciones mal hechas por desconocimiento y/o mala comunicación entre profesionales, los motivos de consulta raroxtraños por los -malditos- estigmas de los pacientes psiquiátricos y las "llamadas al busca no debidas" pues... ya sea también por desconocimiento, por agobio y falta de tiempo de los profesionales de puerta o porque, queramos o no, la Psiquiatría a veces acaba siendo un "cajón de sastre" de todo lo que no sabe dónde incluirse. Repito que espero que a nadie le haya caído especialmente mal algo de lo que haya dicho. En caso contrario, recordad que soy morena, 1'85, 115 kg y que me doy un aire a Bud Spencer.

Besitos, abrazos y palmaditas en el culo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Balance anual

A pocas semanas de acabar el año y ante las peticiones y amenazas con el puño en alto para que actualizase este mi querido blog, me dispongo a hacerlo escribiendo un pequeño resumen de lo que ha sido mejor y peor de mi año 2011. Empiezo a parrafear, mis pequeños ponys:


- En primer lugar, para bien y para mal y de manera obligada, tengo que hablar de la ansiedad. O, más croquetamente (sí, sé que está mal escrito, pero la vida con croquetas sabe mejor), hablar de mi ansiedad, esa maldita ansiedad que provocó mi baja laboral y existencial a principios de año. Por suerte aprendí, o más bien estoy aprendiendo, a controlarla y que no me supere, si bien su trabajo me ha costado. Cambios de humor que en cuestión de minutos me hacían pasar de la bajona a la hipertimia (cómo se nota que llevo año y medio en esto, qué manera de controlar los tecnicismos psiquiátricos como "bajona"), unas ganas de comer secundarias a la drogaína que no se apagaban aunque engullera medio frigorífico (de hecho, el frigo tiene marcas de mis dientes), otros efectos secundarios más íntimos y que, por desgracia, perduran aún (tsk...)... Y más, vaya, el año desde el punto de vista ansioso-farmacológico ha sido cuanto menos curioso. Pero, haciendo balance, ha sido bastante bueno. Aún me queda mucho por mejorar, pero poco a poco voy superando mis miedos e inseguridades y mostrándome tal y como soy: una cabrona simpática o simpática cabrona, como prefiráis.


- Lo relacional amistoso: no ha podido ir mejor. Me pongo en plan moña para agradeceros enormemente el apoyo que me disteis durante mi mala racha (a los que me lo disteis, claro, el resto podéis arder en el infierno con Pitingo sonando de fondo). Las horas interminables de guardia, los congresos y el tiempo fuera del hospital (cuando lo hay) me han ayudado a afianzar relaciones que ya existían y a descubrir gente que merece la pena. Amén de los que me quedan por conocer, que aquí incluyo a todo el que me lea y no me conozca in person o no lo haga en condiciones: en vivo y en directo sé que soy (bastante) siesa, pero en cuanto me digáis 2 palabras y media o algún insultillo cariñoso ya saldrá mi personalidad. La de verdad, con todo lo bueno y TODO lo malo. Avisados quedáis.


- Lo relacional amoroso: esto...eh... corramos un estúpido velo.


- Lo laboral: aquí sólo puedo hablar en positivo nuevamente. Y es que, qué queréis, me encanta mi trabajo. La clínica, los fármacos, los compañeros y, cómo no, los pacientes. Sin hablar en modo alguno despectivamente de ellos, hay que admitirlo: los pacientes psiquiátricos son la leche. Desde el histérico que me recuerda a Woody Allen hasta el maníaco que corría detrás mía gritando "¡Guaapaaaaa, marqueesaaaa!", pasando por ese esquizofrénico crónico que se golpea el pecho diciendo que "le hemos quitao todos los males" y nos da un abrazo. Y, fuera de los psiquiátricos, toda el área varmera desprende arte y poderío (me basta con recordar a aquella señora de "el culo de delante", bella historia a contar en vivo y en directo).


- Lo familiar: tengo que volver a ponerme tristona al recordar la pérdida de mi "hermana" pequeña: mi Lara, Sinforosa, Nicasia, Mari Puri o, simplemente y como la solía llamar yo para crearle una crisis de identidad sexual: "el perro". Los que no tengáis o hayáis tenido mascota no tenéis corazón no podréis poneros en mi lugar y pensaréis que exagero, pero el perder a un bichamen que te ha acompañado desde los 13 años es duro. Sobre todo cuando ese bichamen es como era mi perra: una payasa, un teatrillo con patas, un raro híbrido entre cabra montesa y husky sevillano. Ains. Momento lagrimilla. Por suerte y para compensar, hemos tenido la llegada de la guayaba de mi hermano, que aunque no hace la cabra ni despelecha tanto, es mu apañá y cocina mu rico. 


- Lo superfluo, superficial, super-material girl y cosas que no sé dónde meter: positivo: la cafetera Nespresso que compraron mis padres (vamos, lo pongo porque ahora mismo me estoy tomando un café y tá mu rico). Negativo: el escaso-nulo control que tengo sobre el dinero unido a lo malos que son los salientes de guardia. Por suerte, no soy una tía gastosa, y lo mismo mis arranques consumistas consisten en comprarme 10 bragas a 6 leuros que un bolso por 60. Otra cosa negativa: mi desorden. En serio, si hace tiempo decía que mi habitación había sido declarada zona catastrófica ahora me quedo corta con eso. Tengo pelusas de tal tamaño que no sé si barrerlas o si hablarles de usted e invitarlas a un café de la cafetera Nespresso. Y encima, como el tamaño de mi cuarto podría describirse perfectamente como zulo etarra, en cuanto hay media cosa por el suelo ya tengo que andar a saltos cual campo de minas para no clavarme objetos amorfos no identificados. Más positivas dentro de este batiburrillo final (sí, estoy acabando, ya podéis soltar un "oooh" apenado o de alivio): el que este año a mi pelo le haya dado por estar calmado y esté teniendo más días buenos que días de Rey León en celo.


Y, bueno, yastá. Creo que no ando muy inspirada últimamente, de ahí que haga tanto que no haya actualizado; pero bueno, me gusta aunque sea escribir mis chorradillas cotidianas. Si no vuelvo a escribir antes de que acabe el año, desearos a todos unas felices fiestas, próspero año nuevo, si bebes no conduzcas, póntelo, pónselo y que hagáis muchos des-propósitos de año nuevo. Los míos serán, simplemente, continuar aprendiendo a vivir disfrutando cada pasito y, cómo no, escribir más.


Besos, abrazos y palmaditas en el culo.