sábado, 9 de abril de 2011

Crisis

 Ese término tan de moda. Según la RAE, noble institución que va perdiendo credibilidad a pasos de gigante:

Crisis. 
(Del lat. crisis, y este del gr. κρίσις).

 1. f. Cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente.

 2. f. Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales.
 
 3. f. Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.
 4. f. Momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes.
 
 5. f. Juicio que se hace de algo después de haberlo examinado cuidadosamente.
 6. f. Escasez, carestía.
 
 7. f. Situación dificultosa o complicada.

 En definitiva, una crisis es un cambio brusco, algo que suele generar incertidumbre al no saber qué vendrá después o si la situación es reversible. Hay muchos tipos y muchos contextos en los que se puede dar una crisis: la -desgraciadamente- famosa crisis económica por la que estamos pasando tantos países, la situación de crisis de un paciente (a nivel orgánico o a nivel mental) o una crisis vital. Por ser algo por lo que he estado/estoy pasando, voy a centrarme en esta última (así dejo un poquito de hablaros de MIRicina y no entro en jaleos de política).


 Desde hace aproximadamente un año para acá, mi vida ha experimentado varios cambios: he empezado a trabajar, terminé una relación estable, he conocido mucha gente nueva, asumido nuevas responsabilidades... Mi problema es que no lo he digerido poquito a poco, dándome tiempo a adaptarme, sino que han pasado varios meses con todo un poco en el aire (la persona con que terminé la relación seguía a casi 2.000 km, estaba en rotatorios que no eran de mi especialidad...), cuando, sin darme cuenta, todo apareció de repente: me encontraba con que hacía ya medio año desde que había empezado la residencia, tenía que ponerme las pilas ya que por fin entraba de lleno en Salud Mental, la susodicha persona pasó de estar a 2.000 km a apenas 500 metros, en las guardias propias de especialidad comenzaban a exigirme cada vez más, falleció mi abuela, a la que, con toda la vorágine y locura de cambios de rotatorios, guardias y demás, no me dió tiempo "a llorar" cuando debía... podéis suponer, los que no lo sepáis ya, que terminé colapsando. No voy a negar que lo pasé mal, pero, sinceramente, pienso que ha sido necesario. 
 Cuando colapsé, tuve que poner el "Off" en mi vida, o más bien pulsar el botón de "Reset". Me di cuenta de que tenía que pegar un giro de 180º para poder seguir adelante, para no bloquearme hablando con un paciente en presencia de un adjunto, para no repetir la misma historia cuando comience una nueva relación, para descargar lo que no había descargado en su momento. Lloré, tuve cambios de ánimo brutales dentro de un mismo día, pasé de la gente durante una buena temporada. No pensé mucho en nada en concreto. Dejé que mi ánimo y mis tensiones se equilibraran, y a partir de ahí empezar de nuevo, encauzar mi vida. Mi tutor, cuando fui a verle en pleno colapso, me dijo que esta crisis me ayudaría, tanto a nivel personal como a nivel profesional. Y no se equivocaba. A nivel personal porque, como suele decir mi madre -por duro que suene- "En la vida se aprende a base de palos". En lo profesional, porque por mucho que estudies, por mucho que te enseñen tus tutores y por muchos libros que compres, hasta que no estás "en el otro lado" no puedes llegar a comprender totalmente lo que siente alguien que a nivel anímico/emocional/mental está realmente mal. 
 Ahora mismo, no os voy a mentir, sigo con muchas cositas en el aire y sigo en ese proceso de encauzar mi vida. Más centrada, sí, pero la almagama de guardias, cursos y demás hacen difícil el sentarte y ponerte a estudiar en serio "lo tuyo". Más estable a nivel personal, pero también -no sé si para bien o para mal- más endurecida. Cada vez voy teniendo más responsabilidades en el trabajo, tarde o temprano aparecerá alguien con quien pueda plantearme una relación, sufriré nuevas pérdidas e imprevistos... en definitiva: los cambios repentinos, las crisis, pueden volver. Pero todo lo pasado en estos últimos meses me ha hecho fuerte o, más bien, me ha ayudado a evolucionar. 

 Para terminar, y citando a la resabida Lisa en un episodio de "Los Simpson": en el idioma chino, la palabra crisis está formada por dos ideogramas, que por separado significan "pérdida" y "oportunidad". En mi caso ha sido así: una serie de pérdidas y cambios han dado paso a nuevas oportunidades; por lo que si alguno de vosotros ha pasado/está pasando por algo parecido, dejad que pase, no "enloquezcáis" con la incertidumbre, haced un reseteo, mirad las cosas desde otra perspectiva y aprovechad ese cambio.

 Everybody's changing, Lily Allen (versionando a Keane)

Besitos, abrazos, palmaditas en el culo y hasta la próxima.

2 comentarios:

  1. Sinceridad al máximo!!! Año de cambios, año de crisis...a todo los niveles.

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  2. ME encantan tus entradas, Loli. Y meencanta la franqueza con la que hablas. El año pasado no fue para nada un buen año, para nadie. Y lo bueno es saber seguir adelante, como se pueda, como tu hicistes y estas haciendo. Me alegra muschisimo saber que estas en el proceso y que ese proceso va bien. No te puedes imaginar cuánto me alegro ;-)
    Un besazo, doctora de mi alma y mi corazon xD

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